miércoles, 30 de diciembre de 2009

El vagabundo que celebra la Navidad

Todos los días cuando voy a trabajar a la redacción, paso por la puerta de un Dia dónde "vive" un vagabundo, que por su acento parece de un país del este, me atrevería a decir que ruso, aunque sería mucho presuponer por mi parte.

Hasta ayer no le había prestado mucha atención, era un rostro más con el que me cruzaba todas las mañanas, una sombra en mi camino habitual.

Pero cuando pasé por su lado, algo captó mi atención: sobre el cubo de basura que le sirve de armario, pared, mesa y cualquier otro utensilio casero que pudiese necesitar; había colocado de manera elegante y original cuatro piñas y algunas manzanas que le habían regalado probablemente en el supermercado, como si de una mesa de lujo se tratase coronaba la tapa del contenedor una bonita rosa, casi marchita pero aún lo suficientemente hermosa como para resultar sobrecogedor....

Una cena de lujo en la calle, sobre la basura, en navidad, aterradoramente bello y melancólico.

Hoy, su espíritu navideño seguía chisporroteando vida, y con una sonrisa se entretenía en forrar el mismo contenedor de ayer con un bonito papel de regalo. Creo que cuando vuelva a pasar esta noche, de vuelta a mi acogedor y caliente hogar le felicitaré las fiestas y le preguntaré si necesita algo, es lo mínimo que le debo en compensación por el regalo que me ha hecho.


Encantada, humanidad.

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